Banksy vendió una obra, la destruyó y la convirtió en un récord de más de 25 millones de dólares
Se remató “El amor está en el tacho”, la pieza que el grafitero anónimo “creó en vivo” en plena subasta al destruir hace tres años un dibujo suyo que acababa de venderse
En 2018 Niña con globo, reproducción en acrílico y aerosol de una de las imágenes más famosas de Banksy,
atravesó una trituradora oculta en el marco que la contenía. El registro de ese momento dio la vuelta al mundo
Archivo
La vendió, la destruyó y la convirtió en récord. El amor está en el tacho, la obra que Banksy “creó en vivo” hace tres años al triturarla segundos después de que se subastara por el equivalente en libras a 1,4 millones de dólares, volvió a ser rematada hoy en la misma sala de Sotheby´s en Londres por el equivalente a 25,38 millones de dólares. Es decir, la cifra más alta que se haya pagado por una pieza del grafitero anónimo.
Oliver Parker con la obra de Banksy en la subasta de hoy
Gentileza Sothebys
Marcó así otro hito en su carrera, tras haberse convertido en “la primera pieza en la historia creada en vivo durante una subasta”. Oliver Parker, a cargo de la subasta de hoy, la definió como “una pieza de performance”. El récord anterior para el artista era de 23,1 millones de dólares pagados en marzo último por Game Changer, otra obra creada en plena pandemia como homenaje al personal de salud y donada a un hospital británico.
La conmoción que desató en octubre de 2018 fue global: de inmediato se viralizaron las imágenes que mostraban a Niña con globo, reproducción en acrílico y aerosol de una de sus imágenes más famosas, atravesando una trituradora oculta en el marco que la contenía. Tras el impacto inicial, que aparentemente tomó por sorpresa incluso a los responsables de Sotheby’s, la casa de subastas anunció que su compradora había decidido conservar la obra transformada. Lo bien que hizo.
“Cuando el martillo bajó la semana pasada y la obra se rompió, al principio estaba en shock, pero gradualmente comencé a darme cuenta de que tendría mi propia pieza de la historia del arte”, afirmó entonces la coleccionista europea, cuya identidad aún se mantiene bajo reserva. “Esa noche surrealista hace tres años, me convertí en la accidental, pero muy privilegiada, dueña de El amor está en el tacho -agrega ahora, según un comunicado difundido por Sotheby’s el mes pasado-. Ha sido un viaje increíble haber sido parte de la historia de cómo surgió una de las obras de arte más famosas del mundo, pero ahora es el momento de dejarla ir”.
El registro de aquel momento dio la vuelta al mundo. Banksy, en tanto, publicó casi de inmediato desde su cuenta de Instagram una foto del momento con la leyenda “Se va, se va, se fue...” y un video en el que mostró el “proceso creativo” de su truco. “El amor está en el tacho encaja firmemente en la larga historia del anti-arte –señaló Sotheby’s-. Desde la presentación de la Fuente de Marcel Duchamp, un mingitorio de porcelana montado sobre un pedestal en 1917; hasta Robert Rauschenberg, quien borró un dibujo a lápiz de Willem de Kooning y retituló la obra como Dibujo borrado de De Kooning; hasta Ai Wei Wei, quien destruyó una supuesta urna de la dinastía Han y se fotografió mientras la dejaba caer intencionalmente, para abordar la cuestión sobre lo que consideramos valioso”.
En su última acción, en agosto de este año, Banksy dejó que los medios debatieran durante días sobre la procedencia de distintas intervenciones realizadas en varias ciudades costeras de Gran Bretaña, hasta que publicó un video que seguía los pasos de su “Spraycation”.
“¿Es un artista? ¿Un comerciante? ¿Un genio? ¿O simplemente un vándalo? No confíes en nadie. ¡Vení, mirá con tus propios ojos y decidí vos!” dice la promoción de su actual muestra internacional itinerante, “desautorizada”, en banksyexhibition.com. La pregunta del millón, sin embargo, aún no tiene respuesta: ¿Quién es Banksy? Sólo se sabe que nació en Bristol, donde participó del “boom del aerosol” a fines de la década de 1980. Desde entonces fueron señalados como sospechosos, entre otros, Robin Gunningham, Remi Kabaka y Robert del Naja, líder de Massive Attack. “¡Todos somos Banksy!” respondió este último.
“Han pasado casi tres años desde que uno de los momentos más ingeniosos del arte de performance de este siglo hizo historia en las subastas -declaró hoy Alex Branczik, presidente de arte moderno y contemporáneo de Sotheby’s Asia-. Ha sido un torbellino seguir el viaje de esta pieza ahora legendaria y volver a tenerla entre nosotros, ofreciéndola esta noche en la misma habitación que fue creada por el artista. Banksy no es ajeno a los titulares y este último capítulo de su historia ha capturado la imaginación de todo el mundo; solo podemos comenzar a adivinar lo que vendrá después.”
Por: Celina Chatruc
Fuente: La Nación